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jueves, 27 de noviembre de 2014

Mis primeras experiencias en mi nueva etapa sexual (4ta Parte)



En esta nueva entrega les narraré la cuarta parte de las que fueron mis primeras experiencias en esa nueva etapa sexual que comencé a vivir hace 8 años y que me transformaron en la mujer que soy hoy en día.

En la entrega anterior les narré como habia caido en manos de un grupo de tratantes de blancas, los cuales me habían puesto a trabajar como prostituta en el Barrio Rojo de Amsterdan y como para tratar de obtener mi libertad habia accedido a cumplir con dos trabajos que estos me habían propuesto. Para el inicio de esta narración me encontraba cumpliendo la primera de las tareas que había aceptado realizar, la cual consistía en trabajar en un prostíbulo muy exclusivo en Amsterdan dedicado a atender gente con mucho dinero y poder.

Como parte del trabajo que había desarrollado allí, había tenido una sesión en uno de los calabozos del sotano con un grupo de clientes donde había llegado a un grado impresionante de entrega y depravación. Obviamente lo acontecido se supo de inmediato a todos los niveles y la dirección del club tomó la decisión de hablar con los tayikos para llegar a un acuerdo con ellos con el fin de extender por un mes mi estadía en el prostibulo, a fin de entrenarme en las artes del BDSM.  Además de que la última semana organizarían un espectáculo privado para los tayikos y un grupo muy especial de socios, donde yo iba a ser la única protagonista femenina presente y así podrían darse cuenta de mis avances hacia una total sumisión. Esto fue aceptado por mis propietarios y me fue informado por escrito pero sin darme mayores detalles. 

Durante las primeras dos semana me dejaron encerrada desnuda en una jaula colocada dentro de una de las celdas ubicadas en el sótano, para que estuviese a la disposición de mis entrenadores y de quien quisiera poseerme. Allí comenzó mi formación real como esclava sexual

Para lograr el objetivo que se habían propuesto, se me asignaron un grupo de entrenadores expertos, tanto hombres como mujeres, a los cuales se les dio carta blanca para poder utilizar todo lo que quisieran para mi entrenamiento. Así que emplearon la humillación, el S&M, la servidumbre, los azotes y otros castigos corporales, el control de  mis orgasmos, mamadas extremas, me hicieron lamer coños, tener sexo anal, e incluso fui sometida a  fisting vaginales y anales. Pero el principal medio de capacitación fue la psicología. Se dedicaron en intensas sesiones mediante  técnicas especiales a remodelar mi mente y mi actitud para convertirme en una esclava sexual obediente. Una vez que sintieron que estaba preparada para comenzar a tener sesiones abiertas, decidieron pasar a la siguiente etapa de mi entrenamiento y así durante la semana siguiente organizaron largas sesiones de sadomasoquismo, algunas veces con un solo socio y otras veces con dos, tres o más socios. 

También durante esa semana, me llevaron alternadamente a un calabozo especial lleno de artilugios eléctricos donde  me sometieron a castigos usando electrodos mientras me realizaban todo tipo de fisting, y me insertaban de forma brutal, anal y vaginalmente, otros juguetes normalmente con corriente eléctrica incorporada. Ninguno de mis agujeros estuvo a salvo de la dominación, la penetración o la diversión eléctrica,obligándome a soportar 9 voltios de erótica electro-estimulación.. Me introdujeron enormes consoladores por cada uno de mis agujeros,me amarraron, usaron butt plugs, floggers, reposacabezas de acero, palas, pinzas en los pezones, picanas, gags de bolas, etc. A continuación les muestro algunas fotos de esas sesiones.






















Durante la tercera semana me llevaron a un área llena de máquinas de follar y allí durante varios días me hicieron probar cada una de ellas: el Fuckzilla, el Intruder MKII, el Sybian, el Satisfyher, el Titan, el Twinserter, el Tresspasser, el Bunny Fucker, el Scorpion, el Assblaster, el Snake, el Dragon, el Little Guy, el Hatchet,el Airtight, el Fucksall y el Octapussy. A continuación he incluido varias fotos para que se den una idea de lo que significaron esas sesiones donde me introdujeron por mi ano y por mi coño dildos de hasta 8". Incluso fui sometida a dobles penetraciones. Todas estas sesiones fueron muy intensas por el ritmo, potencia y continuidad que las máquinas le imprimian a las penetraciones a las que era sometida. Indudablemente conseguí alcanzar unos orgasmos intensísimos.















Durante esas 2 semanas Las líneas de placer y dolor se difuminaron cuando fui sometida a todas esas situaciones extremas. Cada día, al final del mismo,  me aplicaban enemas con agua caliente tanto en mi ano como en mi vagina. 

El ser follada con esas máquinas fue una experiencia alucinante, alli fui penetrada por enormes consoladores atados a las distintas máquinas sexuales que me follaban extremadamente duro, haciéndome como dije antes alcanzar muy intensos orgasmos  Esas máquinas sin duda son la mejor manera de garantizar el placer femenino. Son máquinas de alta tecnología diseñadas con un solo propósito hacer que las mujeres al ser sometidas a través de ellas a inserciones extremas por su coño, por su culo y por ambos agujeros a la vez, como fue mi caso, acaben de la forma más intensa posible, incluso provocando que se alcancen niveles tan altos de estimulación que sean capaces de producir la eyaculación femenina. 

Les aseguro que ser follada por esas maquinas me hizo tener algunos de los mejores momento de mi vida y despues de vivir esa experiencia salí aún más convencida de que sin duda yo amaba tener sexo y esto era lo que deseaba hacer de allí en adelante, sin importarme para nada que tuviese que trabajar como prostituta.

Decidieron dejarme una semana más encerrada en el mismo calabozo para que los socios disfrutaran de mi entrenamiento. Entre las cosas que me sucedieron durante esa nueva semana les voy a relatar una de ellas. 

Como el tercer día de esa semana, un grupo de 3 hombres negros vinieron al calabozo, ellos trajeron consigo un maletín deportivo largo. Me sacaron de la jaula y comenzaron a abrazarme los tres a la vez, me manosearon todo el cuerpo, dándome nalgadas. Uno de ellos me cargó en vilo y me colocó en una camilla que estaba en el calabozo de forma que quedé en cuatro con mi culo arriba dejando de esta forma mis dos agujeros completamente accesibles, a esta altura me sentía ya excitada, pues notaba como mi coño empezaba a humedecerse. Dos se pusieron frente a mi y se sacaron sus vergas de sus pantalones colocándolas enfrente de mi rostro. Estas eran enormes aún cuando no estaban completamente erectas. Uno de ellos me dijo - "Chúpanos nuestras vergas, mientras nuestro amigo prepara tus agujeros para que podamos penetrarte sin problemas. Te aseguro que nunca has experimentado un sexo tan rudo y realmente salvaje como el que te vamos a proporcionar".

Yo comencé a mamar ambas vergas pasando de una a otra, la que no tenía en mi boca en un momento dado la masturbaba con mi mano. Veia como cada vez se les ponian mas grandes y duras. Mientras el tercero me iba metiendo sus dedos en mi culo, primero dos, luego tres, luego me abría mi agujero anal jalando sus bordes con cuatro de sus dedos, dos hacia la derecha y dos hacia la izquierda. A medida de que mi agujero se iba distendiendo comenzo a meter su mano a través de mi agujero anal. La metía y sacaba follándome con ella. Mientras los hombres a los que le estaba mamando sus vergas comenzaron a turnarse agarrándome por la cabeza para practicamente follarme la boca.  Yo estaba excitadísima

El hombre que me estaba haciendo fisting con su mano, paró cuando alcancé una serie de orgasmos muy intensos y me dijo que yo me metiera mi puño derecho en mi culo para hacerme un auto fisting. Yo no lo dudé ni un minuto. Mientras seguí masturbando a los otros dos hombres con mi boca, Estos se turnaban cada vez con intervalos más largos y cuando sentian que estaban a punto de acabar en mi boca, se rotaban.


Al poco rato regresó el hombre que me habia hecho el fisting anal, me mostró un bate de madera de los que se usan para jugar baseball. En ese momento caí en cuenta que el maletín era para guardar el o los bates. El hombre me mostró el bate y me dijo - "Esto te va a gustar. Zorra, te voy a follar por el culo con este bate" - Como ustedes saben un bate tiene como dimensiones 7 cm de diametro en su parte más gruesa y 1,04 mts de largo. Yo me asusté porque era muy grueso y largo, pero estaba tan excitada que le dije que procediera a hacerlo que yo estaba lista para ello. El hombre me pidió que sacara mi puño de mi culo y empezó a frotar la punta del bate contra mi agujero anal, luego de repente me metió todo lo que pudo del bate por mi ano de un solo tirón y empezo a follarme con el mismo, metiéndolo y sacándolo, primero lentamente y luego aceleró el ritmo de forma que cada vez me lo hacía con más intensidad y me lo metía cada vez más adentro con cada embestida que me daba. Tanto me lo metió que en un momento dado lo soltó y el bate se quedo allí sin caerse, debía tener como 30 o más cm del mismo dentro de mi cavidad anal. Mientras los hombres a los que les mamaba sus vergas se habian turnado sentándose en la camilla para que yo les mamase sus vergas, introduciéndolas por completo en mi boca, de forma que sus enormes vergas me llegaran a lo más profundo de mi garganta. A veces sentía que me ahogaba porque ellos me empujaban la cabeza para no permitir que la subiese y siguiera chupando sus vergas sin parar. 

Nuevamente como en las anteriores oportunidades cuando ellos sentían sus vergas hinchadas a punto de estallar se turnaban con el otro. Obviamente acabé numerosas veces, sentía como el bate me lo iban introduciendo cada vez mas profundamente en mi ano y por supuesto mi agujero anal estaba completamente distendido, tal como puede verse en la foto.


En ese momento pararon, me voltearon acostándome de espaldas en la camilla. El hombre que me estaba follando con el bate me lo introdujo de nuevo por el culo, otro comenzó a frotarme intensamente mi clítoris y el tercero siguió follándome por mi boca. No tardé en perder por completo el control alcanzando un orgasmo tan profundo que eyaculé. Pararon unos minutos para dejarme recuperar y me introdujeron un nuevo bate que sacaron del maletin por mi coño y comenzaron a follarme con el mismo Mientras el hombre se esforzaba por meter la mayor parte posible del bate en mi coño, yo gemía, una y otra vez, de dolor y de placer. El metía el bate cada vez más profundo y lo sacaba por completo, para empujarlo nuevamente mientras el otro hombre me abría con sus manos mi vagina. Todo el tiempo ambos me preguntaban - ¿Te gusta puta, te gusta?. No tarde en acabar varias veces de nuevo. Luego me dijo - "Sigue tu sola, puta" - Yo comencé a meter y sacar el bate de mi coño mientras le mamaba la verga a los tres hombres.

Al rato me hicieron darme vuelta y me pidieron que abriera mis piernas y levantara mi culo lo más posible. En ese momento sentí que el hombre que me había estado abriendo el coño, me estaba separando el culo, mientras que el otro me hundio el bate todo lo que pudo en mi vagina. El hombre que me estaba abriendo las nalgas cogió el otro bate y comenzó a introducírmelo por mi culo, sin haber retirado el que estaba dentro de mi vagina, el cual ya tenía mi conducto vaginal a punto de reventar. Entendí que estos hombres estaban haciendo esto con el fin de tratar de someterme a una doble penetración con los dos bates. Yo traté de tranqulizarme, relajándome a fin de disfrutar del placer que aquello pudiese producirme.  Al principio cuando intentaron meterme el otro bate por el culo, no me cabía ya que como les dije antes, mi cavidad vaginal estaba completamente ocupada con el otro bate, sin embargo el hombre que estaba manipulando el bate lo empujó bruscamente contra mi agujero trasero sin ninguna piedad. En ese momento pegué un grito enorme, pero eso lo que hizo fue motivarlo ya que lo empujó con más fuerza aún mientras me decía - "Yo se que tu eres muy puta, a nosotros nos gusta cojernos muy duro a las putas como tu. Hoy te vamos a romper el culo y el coño y te aseguro que cada vez que nos veas, nos suplicarás que te lo volvamos a hacer" - Realmente me dolía mucho lo que me estaban haciendo, pero a la vez me excitaba enormemente, yo había sido sometida a numerosas dobles penetraciones a lo largo de los últimos años, con vergas muy grandes,  pero nunca con unos objetos tan duros y grandes como esos bates. Una vez que tuve los dos bates dentro, uno en cada una de mis cavidades, ambos hombres comenzaron a follarme con los mismos, moviéndolos hacia adelante y hacia atras armoniosamente, mientras yo gritaba de dolor y placer. Sin duda era maravilloso sentír como tenía una gran parte de esos enormes instrumentos de placer dentro de mis agujeros, me corrí numerosas veces intensamente. Mientras el tercer hombre me introducía su verga en mi boca para follármela, el individuo me sujetó por el cabello penetrando mi boca una y otra vez hasta que se vino, dado que en ese momento su verga estaba entera dentro de mi boca, me tragué toda la descarga de su semen, la cual fue muchísima. Obviamente los otros dos hombres no pararon de follarme con los dos bates, haciéndome alcanzar un orgasmo masivo, que me hizo estremecer desde la cabeza hasta los pies. Allí quedé tendida, con mis dos agujeros perforados cada uno con un bate, mis lagrimas brotaban de mis ojos por el dolor que sentía pero a la vez estaba completamente excitada y deseosa de que no parasen en ese momento.

Me dejaron descansar un rato hasta que sacaron los bates de mi interior. A pesar del dolor yo quería que siguieran follándome como quisieran y así lo hicieron. Comenzaron a follarme los tres hombres por cada uno de mis agujeros rotándose mientras me hacian doble penetración con felación, doble penetración anal y doble penetración vaginal. Luego me hicieron doble fisting anal y doble fisting vaginal. Durante todo el tiempo no dejaron de someterme a felación. Una vez que quedaron satisfechos, me pusieron de pie y me dijeron que ahora yo misma me iba a empalar con el bate primero por el ano y luego por el culo.  lo cual procedí a hacer mientras ellos lo sostenian apoyandolo sobre el piso. Nuevamente alcancé unos intensísimos orgasmos. 

Antes de irse despues de muchisimas horas sometida a esta sección de sexo bestial, me hicieron tragar parte de su semen y con el resto bañaron todo mi cuerpo,  metiéndome asi con mis agujeros totalmente distendidos y completamente cubierta de semen en la jaula, me sentia toda mojada por dentro y por fuera pero debo aceptar que disfruté enormemente lo que me hicieron. Igualmente debo confesar que apenas podía caminar.
 .
Al terminar esa cuarta semana me movieron a otra de las mazmorras donde había unas tapas metálicas colocadas en el piso, con un agujero entre ambas. Las cuales abrieron y me obligaron a meter la cabeza justo en el agujero y luego las aseguraron, dejándome sin poder sacar mi cabeza y con mi culo al aire, tal como se muestra en la foto.


De esa forma estaba completamente a la disposición de quien deseara poseerme, sin yo poder ver en absoluto de quien se trataba. Allí estuvieron follándome, azotándome, sometiéndome a fisting anal y vaginal, y  haciéndome cuanto se les ocurrio para disfrutar de mi cuerpo y para humillarme. Solo me sacaban para darme de comer, bañarme y permitir que hiciera mis necesidades e inmediatamente me regresaban a la misma posición. 


Perdi por completo la noción del tiempo hasta que finalmente un día, después del desayuno un hombre se acercó donde me tenían encerrada y liberó mi cabeza del agujero. Me dijo que se llamaba Van Gaal y que él  era la persona designada para acompañarme al sitio donde se llevaría a cabo el espectáculo programado del cual había sido informada previamente. La verdad era que ya ni me acordaba del mismo. Me  colocó un collar con una cadena en mi cuello como símbolo de dominación, me llevó primero  a mi habitación, allí me entregó un minúsculo traje de baño, unos zapatos de tacón muy altos y me dijo – “Bañate muy bien y ponte esto”- Me bañé, salí desnuda y me vestí frente a él. El traje de baño era un espectacular micro bikini rojo que me tapaba solo lo justo de mi voluptuoso cuerpo, dejando muy poco a la imaginación.



Me condujo agarrada por la cadena  escaleras abajo hacia el sotano, pero en vez de detenernos en este nivel, Van Gaal abrió una puerta que conducía a unas escaleras metálicas de caracol que bajaban a un segundo sotano. Yo nunca había estado en este nivel, ni sabía que existía. En el mismo había otra serie de calabozos y entramos en uno de ellos.  Era muy amplio, estaba sumamente iluminado por una serie de lamparas de tubos fluorescentes y había varios artefactos colocados en las paredes, una mesa redonda giratoria como de un metro de diámetro con correas fijas en la superficie, una plancha acojinada rectangular con una inclinación de unos 45 grados con correas en las 4 patas, una cama y una mesita donde estaban colocados una serie de consoladores de diferentes tipos y tamaños y varios pares de pinzas. Del techo colgaban argollas que me imaginé estaban allí con la finalidad de sujetar a la persona con los brazos alzados. En el salón también había unas máquinas de follar pero completamente hechas de tubos. Además había unas especies de gradas desde donde podía verse todo lo que sucedía en la celda y en las mismas estaban sentados unos 30 hombres y había otros 5 hombres de entre 35 y 45 años en el centro del área. Van Gaal me jaló por la cadena llevándome hacia el centro. Debo confesar que estaba un poco nerviosa, ya que aunque normalmente me gustaban las experiencias nuevas, no tenía ni idea de qué iba a tener que hacer ni con quién. Todo era un misterio y así tuve que aceptarlo. sentía la mirada de todos esos hombres dirigidas hacia mi y yo saba que vestida como estaba debia proyectar con fuerza absoluta mi sensualidad. Van Gaal se dirigió a los presentes y dijo – “Todos hemos oído muchas historias sobre lo que esta mujer puede hacer sexualmente, ustedes pueden ver que esta mujer posee un magnetismo que es al mismo tiempo muy excitante, pero también muy inquietante, estoy seguro que todos los aqui presentes al verla sentimos un latido de placer muy fuerte en nuestras entrepiernas. Hoy estamos reunidos aquí para conocer cuáles son sus límites, si es que acaso los tiene, en diez minutos máximo la vamos a hacer gritar como una posesa y sentirá tan intensamente que haremos que olvide todas sus experiencias sexuales anteriores”.

En ese momento a pesar de mis nervios, me sorprendí a mi misma y a todos al esbozar una enigmática sonrisa y dije - "No saben la ilusión que me hace vivir eso, amos" - Van Gaal me miró y me dijo - "Vamos a ver que piensas cuando terminemos contigo"

Al llegar me dieron algo de beber, no supe que fue, pero comencé a sentirme más relajada después de beberlo. Inmediatamente sin mayores dilaciones, mientras una música suave se dejaba escuchar, los 6 hombres se acercaron a mí y comenzaron a acariciarme todo mi cuerpo.

Empezaron a tocarme los pechos sobre el sujetador y se podían ver con toda claridad cómo se marcaban en el mismo  la protuberancia de mis pezones. Unos pezones bien formados y grandes que con las caricias que me estaban dando se me  comenzaron a poner cada vez más duros. También me empezaron a meter sus manos por dentro de la minúscula tanga tocándome mi vagina, mi culo y presionando con sus dedos mi coño. Sentía como me acariciaban el clítoris y mis  labios vaginales, igual sentí como un dedo penetraba suavemente por mi ano. Me fui entregando a las caricias, me sentía muy excitada y  sentía como mi coño se ponía cada minuto más húmedo.

Noté que algo comentaban los hombres y de pronto se detuvieron las caricias. Me desvistieron dejándome completamente desnuda sólo con los zapatos de tacones puestos, mi cuerpo quedo de esa forma expuesto por completo ante todos esos hombres. Me ordenaron abrir completamente las piernas, cosa que hice, pero todavía ellos me forzaron un poco más hasta lograr unos 5 ó 6 centímetros extras. Me amarraron los tobillos a una barra metálica que me mantenía las piernas completamente abiertas, de forma que  que me era imposible ni siquiera tratar de juntar las rodillas. De igual manera, me amarraron las muñecas a otra barra que tenía unas cuerdas largas de cada lado, para poder ajustar la altura. Las cuerdas de la barra las pasaron a través de las argollas que estaban colocadas en el techo y las tensaron, de forma que quedé  con los brazos en alto y el cuerpo completamente estirado. En esta posición toda mis zonas íntimas quedaban completamente expuestas y a la disposición de quienes desearan utilizarlas.

Así amarrada, estaba por completo inmovilizada y por supuesto tal como les dije, estaba totalmente a merced de lo que cualquiera de los 6 hombres quisiera hacer conmigo. Todo esto, me ponía muy excitada y  trataba de adivinar qué seguiría. Oí unos ruidos en el salón y de pronto sin más ni más sentí como un primer golpe sacudía mi piel, uno de los hombres había tomado una fusta y había comenzado a darme  golpes firmes pero suaves en el interior de mis muslos y en mis redondas nalgas. Esto lo que hacía era ponerme cada vez más y más cachonda, pese  a que los golpes me picaban, me escocían y me producían mucho dolor.

“¿Te gusta lo que te hago puta?” – Me preguntó el hombre que me golpeaba. Yo respondí afirmativamente con mi cabeza – “Eres una maleducada y te vamos a tener que castigar mucho para que aprendas” – Dijo el hombre mientras me golpeaba más y más fuerte, concentrándose en la zona más sensible del trasero que es el pliegue entre la nalga y el muslo. Debes decirme a mí y al resto de nosotros _”Si, amo. Gracias, amo. Por favor, sigue así, amo. Vamos, puta, di lo que debes decir. Vamos, contesta” –“Si, amo” – Contesté tímidamente – “¿Cómo has dicho? – “Si, amo. Soy tuya golpéame cuanto quieras” – Respondí esta vez en voz alta y clara – “Eso está mejor” – Dijo, mientras me seguía dando fustazos, pero más suaves que los primeros.

Otro de los hombres comenzó a tocar mis pechos y a morder mis pezones. Lo cual lo hacía cada vez más fuerte. Después, me colocó unas pinzas que presionaban mis pezones, con la idea sin duda de que fuera poco a poco saboreando el dolor. Mientras el tercero, cuarto, quinto y sexto hombre me estaban tocando todas mis zonas íntimas. Me metían y me sacaban sus dedos del ano y de mi vagina, me chupaban, me  jalaban y me  sobaban mi clítoris y mis  labios vaginales  tanto los internos, como los externos, los cuales  en la posición en que me tenían inmovilizada quedaban completamente expuestos. 

Yo sentía gran placer que se combinaba deliciosamente con el dolor bien medido que me estaban proporcionando.  Tenía mi coño completamente mojado  por mis fluidos internos, los cuales eran tan abundantes que además me mojaban la parte interna de los muslos.

En este punto, los 6 hombres estaban completamente excitados, lo cual se notaba fácilmente debido a que sus vergas estaban tan duras  que parecían querer salirse de sus pantalones. Comenzaron a desvestirse y se quedaron totalmente desnudos con sus grandes vergas completamente erectas. Sentí que comenzaron a bajar las cuerdas que tensaban mis brazos, lo cual lo hicieron hasta  dejarme inclinada hacia el frente, en ese momento sentí que una mano me agarró la cabeza y me la posicionó de forma que mi boca se encontrase con su  pene, el cual era bastante grande y lo tenía muy duro. Yo sin dudarlo comencé a mamárselo con gran placer y determinación. Sentí que me untaban  la entrada del culo con algo muy frio, me abrieron mis nalgas y comencé a sentir una gran presión. Al mismo tiempo, sentí que una lengua caliente y húmeda me acariciaba buscando penetrar en mi vagina. 

Uno de los hombres cambió las pinzas de mis pezones por unas que sometían los mismos a una mayor presión además de tener unas pesas adicionadas que jalaban mis pezones hacía abajo, lo cual me hizo sentir dolor y reaccioné dando un pequeño grito. Sin embargo, con tantas manos tocándome de tan diferentes maneras,  el dolor aunque intenso fue pronto soportable y por el contrario su efecto fue que me fui excitando cada vez más. 



La presión en mi culo era cada vez era mayor y sentí cómo se me iba dilatando mi cavidad anal cada vez más. Alguien me estaba introduciendo por mi culo un tapón anal. De pronto sentí un nuevo dolor que provenía esta vez de mi vagina y pude ver cómo me colocaban unas pinzas que sujetaban  mis labios vaginales externos, de forma tal de dejarme totalmente abierta la entrada de mi vagina. Estas pinzas están sujetas a unos cordones y comenzaron a tensar los mismos y luego amarraron cada uno de los cordones  a los extremos de la barra que sujetaba mis piernas. De esta forma quedé  sin nada que bloqueara la entrada a mi vagina.

Uno de los hombres tomó uno de los consoladores que estaban colocados en la mesa, por supuesto como era de esperarse eligió el más grande, el cual era de unos 30 cm. de largo y con unos 16cm. de grosor, además podía vibrar con diferentes intensidades. Sentí primero como una lengua húmeda acariciaba  mi clítoris, para luego desplazarse a la entrada de mi coño, entrando y saliendo del mismo, todo ello acompañado de pequeñas mordidas.

La lengua del hombre se movía dentro de mi cavidad vaginal buscando penetrarme con la misma cada vez más profundo. Estas caricias aunadas al dolor de mis pezones, el tapón anal que me estaban metiendo y sacando por el culo, al trabajo que mi boca estaba realizando mamando una verga exacerbaban  todos mis sentidos, manteniéndome verdaderamente caliente.

De pronto comencé a sentir una gran presión en mi vagina, con gran excitación fui sintiendo y aceptando el gran consolador que me estaban metiendo, con gran habilidad.  El hombre que me estaba follando con el vibrador fue logrando que el mismo me penetrara poco a poco, mientras yo sentía enormes oleadas de placer. Cuando tuve el consolador totalmente encajado, el hombre  decidió encenderlo, provocándome una sensación tan intensa, que debo confesarles me era muy difícil soportar sobre todo sabiendo que me castigarían si alcanzaba el orgasmo.

En ese momento  yo tenía  la parte interior de mis muslos y nalgas bastante sensibles y enrojecidos por los golpes recibidos, tenía las piernas totalmente abiertas, sentía como las pinzas tensaban mis labios vaginales, sentía como el consolador vibrando a su máxima intensidad  entraba y salía  de mi interior, sentía la presión de las pinzas en mis pezones, estaba mamando no una sino ya dos vergas, tenía las manos atadas y tenía el tapón anal  con su enorme diámetro que comenzaba en 5 cm. e iba aumentando hasta alcanzar los 12 cm., completamente dentro de mi culo. Sentía que ya no podía más.

Pero estaba muy equivocada, Me cambiaron de nuevo las pinzas que tenía en los pezones. Repentinamente  sentí  como una descarga eléctrica me sacudía. Fue entonces que me di cuenta de que las nuevas pinzas que estaban sujetas a mis pezones y las que sujetaban mis labios vaginales  estaban conectadas a una fuente de corriente. Eso me hizo tomar conciencia de cual era  realmente mi situación. Era la esclava de los 6 hombres y no tenía otra opción  que aceptar lo que ellos decidieran hacer conmigo y además había  otros 25 hombres que  estaban disfrutando del espectáculo, quizás esperando su turno.

Mis amos  me advirtieron en ese momento que tenía que hacer que cada uno de ellos se corriera  en mi boca y que disponía de no más de 15 minutos para lograr que cada uno lo hiciera. Si en este tiempo no lograba conseguir que el hombre al que le estaba mamando su verga se corriera, me iban a castigar aplicándome una serie de descargas eléctricas por cada minuto adicional que me tomara lograrlo, además de ir incrementando el voltaje. Pensé que no me iba a ser fácil lograrlo en este tiempo, ya que al tener las manos atadas, sólo podía disponer de mi boca y mi lengua, sin embargo me dispuse a hacerlo con la mayor voluntad posible.

El primer hombre que colocó su verga en mi boca fue el que me estaba masturbando con el vibrador, él me metió su gran pene en mi boca y comenzó prácticamente a cogerme por la boca. Yo por mi parte  me esforcé en tratar de hacer un gran trabajo, lo recibí con gran placer en mi boca, lo metí hasta mi garganta, luego comencé a mover mi cabeza de atrás hacia delante de forma que su verga entrase y saliese de mi boca mientras yo aplicaba más presión en la punta, lamiéndolo, succionándolo.  Tocaba y le acariciaba las bolas con mi  lengua. Por supuesto que los hombres que pusieron las reglas no tenían ninguna intención de terminar rápidamente. En verdad estaban gozando de la mujer que tenían para ellos y de su propio placer por lo que lo querían prolongar lo más posible. El tiempo voló y de pronto sentí otra descarga en mis pezones y en mis labios vaginales. Las descargas eran intensas,  sin embargo yo estaba preparada y dispuesta a dejarme llevar hasta donde ellos quisieran sin quejarme ni objetar, pero debo reconocer que el dolor me hizo recordar que no sólo estaba allí por placer, sino que seguiría siendo castigada si no cumplía a tiempo con mi tarea.

El dolor que sentía iba acompañado de una gran excitación, pensaba en cómo lucía y que estaba totalmente expuesta en vagina, nalgas, culo, pechos y boca delante de todos esos hombres y que además ellos podían hacer conmigo lo que quisieran para hacerme conocer y llegar a mis límites. Ése había sido el acuerdo que yo había aceptado días antes y que ahora era una realidad que estaba viviendo intensamente. Al fin, el primer hombre se corrió y un chorro de semen inundó mi boca y garganta, tragué todo su semen  y me ordenaron que tuviera que dejarle su verga completamente limpia. Así que con mi lengua fui limpiándole su miembro y succionándoselo hasta dejárselo completamente limpio.

Con el vibrador entrando y saliendo de mi vagina sentía grandes deseos de correrme, pero me habían advertido que no me estaba permitido. Cuando se me ocurrió decir que necesitaba acabar,  recibí como respuesta  que no se me ocurriera y que sería severamente castigada por el sólo hecho de pensar hacerlo sin su permiso. 

A continuación se colocó frente a mí el segundo hombre para colocar su verga dentro de mi boca y afortunadamente me sacaron el vibrador de la vagina, ya que estaba a punto de sentir un intenso orgasmo independientemente de las amenazas que había recibido. Comencé a chupar, succionar, lamer y acariciar de la mejor manera posible el nuevo miembro, el cual era aún más grande que el anterior, por lo que me era más difícil aguantarlo completo adentro de mi boca, no era más largo que el primero, pero sí mucho más grueso y bloqueaba mi garganta. Estaba haciendo un gran esfuerzo por tragármelo lo más que pudiese sin ahogarme, cuando de pronto sentí un golpe firme con una pala plana en plena entrada de mi vagina y luego otro golpe en mi clítoris, los cuales me hicieron brincar de sorpresa y dolor. A estos primeros golpes le sucedieron muchos más que me dejaron la entrada vaginal y el clítoris con una gran sensibilidad y muy adoloridos, pero la respuesta de mi cuerpo fue que se me empezó a poner el clítoris duro, señal inequívoca de mi gran excitación. Sin embargo, después de que me habían dado unos 30 golpes comencé a pensar que no podía aguantar más. Cada uno de los golpes que recibía  me parecía más inaguantable que el anterior y comencé a suplicar que no me dieran más, olvidándome que tenía frente a mí una tarea que cumplir dentro de un tiempo limitado. De pronto sentí nuevamente las descargas eléctricas en mis pezones y labios vaginales, lo que me recordó mi situación de esclava. 

Nuevamente me esforcé y concentré en hacer correr al hombre frente a mí, mientras seguía sintiendo  una tras otra las descargas eléctricas. Finalmente  un chorro de semen llenó mi boca. Al igual que con el hombre anterior, luego de tragarme toda su leche, tuve que asegurarme de dejarle su verga completamente limpia.

Con el tercero, cuarto y quinto hombre tuve más suerte, logré terminar antes del tiempo establecido y no tuve castigos, además detuvieron los golpes que me estaban descargando sobre mi clítoris. Antes de que el sexto hombre colocase su verga en mi boca, me dieron una nueva sorpresa, en esa ocasión me ordenaron sentarme en una silla que ellos me acercaron. Yo tenía mis piernas totalmente abiertas, por lo que me ayudaron poco a poco a bajar, hasta que fui sintiendo cómo a medida que me sentaba una gran verga metálica, la cual posteriormente supe que tenía  30 cm. de largo y 6cm. de ancho, iba penetrando en mi interior, yo estaba totalmente abierta y sin embargo no podían lograr que me entrara la inmensa verga que estaba firmemente sujetada a la silla. Recuerden que yo tenía un tapón anal dentro de mi culo.

Después de varios intentos por clavarme en la gran verga, me levantaron nuevamente y sacaron de mi culo el tapón anal, frotaron mi clítoris duro y mojado y comenzaron a sentarme nuevamente en la gran verga metálica, la cual ahora sí lograron meterme completamente en dentro de mi cavidad vaginal. Cuando la engullí por completo, la encendieron y comenzó a moverse en mi interior con fuertes vibraciones.

Mientras esto sucedía, el sexto hombre colocó su verga en mi boca para comenzar a gozar de mi deliciosa mamada.  Yo estaba muy excitada por las sensaciones tan intensas que estaba generando enorme vibrador que tenía incrustado muy dentro de mi coño. Estaba tratando de contener mis orgasmos cuando  recordé que tenía que apurarme si no quería recibir unas nuevas descargas en mis pezones y labios vaginales, pero cuando reaccioné ya era tarde, recibí nuevamente una serie de descargas, pero esta vez, el hombre que la impartía gozaba haciendo el castigo más largo. Grite esta vez, me retorcí pero seguí mamando hasta que el hombre en mi boca terminó casi ahogándome con la gran cantidad de semen que descargo en mi boca. Esta última verga era la más grande de todas, era verdaderamente descomunal, por lo que me dejo con un fuerte dolor de maxilares, ya que me vi forzada a abrir demasiado mi boca para  poderla aceptar. Cuando termine de limpiar al sexto hombre, me tomaron de la cintura y me levantaron nuevamente, sentí un gran alivio pues la gran verga metálica me estaba llevando al borde de correrme y sabía que si lo hacía sería nuevamente castigada.

Pero mi alivio duró muy poco, pues me levantaron y sacaron la gran verga de la vagina y me di cuenta que me esperaba un reto mayor, ya que esta vez  querían mostrar a todos los presentes la capacidad de mi orificio trasero de aceptar ser penetrado por enormes dildos.

Me inclinaron hacia el frente y sentí primero como unos dedos húmedos  me penetraban por el culo, fueron primero  dos y luego tres. Una vez que estuvieron dentro los giraban, esforzándose por llegar lo más adentro posible. Después sentí como me metían otros dedos de otra mano  y tensaban mi entrada anal, queriendo hacerla más grande, moviendo los dedos en diferente dirección.

Al mismo tiempo sentí otros dedos que entraban y salían de mi vagina, jalando, sobando, acariciando mi clítoris y mis labios vaginales internos y externos. Otras manos jugaban con mis pechos  Yo estaba completamente enloquecida de placer y les pedía más y más.

Los hombres notaron que estaba en un estado de excitación máxima y decidieron que era el momento de llevarme otra vez al límite. Sacaron los dedos de mi culo y comenzaron a sentarme en la gran verga metálica, decidí que era mejor relajarme y traté  de aceptar lo mejor posible lo que sabía que me esperaba. Esta vez encendieron la verga metálica antes de que la tuviese por completo dentro de mí y ellos me iban sentando y levantando para permitir que la misma fuese abriéndose paso poco a poco en mi ano, al mismo tiempo sentía cómo los hombres que me trabajaban mi clítoris, vagina y pechos seguían acariciándome, sobándome y mordiéndome con gran maestría. Me sentía muy excitada y a la vez sentía como el dolor en mi culo se intensificaba cada vez más.

Mientras  avanzaba la penetración de la gran verga metálica en mi cavidad anal, yo Jadeaba, gritaba, ya no podía aguantarme más, estaba a punto de correrme y sabía que ello no me estaba permitido. Yo estaba enloquecida de dolor y placer,  los hombres seguían moviéndome hacia arriba y hacia abajo, provocando que la inmensa verga metálica fuese penetrándome cada vez más. Cuando la tenía casi totalmente encajada, me dejaron caer sentada sobre la misma de forma que quedé con la verga metálica totalmente dentro de mi culo. Grité debido al intenso dolor de la penetración, el cual se confundió con el dolor producido al sentir otra vez las descargas eléctricas  en mis pezones y en mi vagina.

Casi perdí el conocimiento por lo que decidieron parar las descargas eléctricas que me estaban aplicando y procedieron a quitarme  las pinzas que tenía sujetas a mis pezones y a mis labios vaginales, además me desamarraron mis muñecas y los pies. Me ayudaron a levantarme poco a poco y me fui liberando de la enorme verga con la que me habían penetrado el culo. Pude mover mis manos y piernas sintiéndome más relajada. Con todo lo que me habían hecho sentía que mi cuerpo estaba a un nivel máximo de sensibilidad. Aunque era evidente mi alto grado de excitación, me preguntaba temerosa a que nuevas experiencias me someterían ese día. En efecto, me estaba esperando otra difícil prueba.

Me condujeron hacia la plancha rectangular y angosta que estaba colocada en el salón,  me acostaron boca abajo, con el culo muy en alto y totalmente abierto. Me amarraron los tobillos a las patas de la plancha, quedando con mis piernas bien abiertas. Cuando me tuvieron sujeta en esa posición me fueron metiendo cubos de hielo por el culo y la vagina,  con el propósito de lograr  que ambos agujeros se me desinflamaran, cerrándose bastante. El frío del hielo me  producía una agradable sensación, a la vez que cumplía con el propósito de cerrar mis orificios. Ellos limpiaron el agua que se escurría de mi culo y de mi vagina, aprovechando para dejarme totalmente limpia otra vez, Uno de los hombres se colocó debajo de mí y me penetró con su gruesa verga por mi coño, mientras otro de ellos comenzó a meter su lengua por mi culo.

El tercero y el cuarto hombre se colocaron a la altura de mi cabeza y me indicaron que comenzara a mamarles nuevamente sus vergas, las cuales tenían nuevamente erectas. Yo estaba sintiendo un  gran placer, tanto por la penetración como por mamar esas ricas vergas. El hombre que me chupaba el culo, comenzó al mismo tiempo a meterme y sacar sus dedos por mi vagina, donde se encontraban con la verga con que me estaban cogiendo.

Esta sensación de sentir en mi interior los dedos y la verga  me tenía completamente fuera de control. El hombre que me chupaba mi culo decidió meterme su pene, el cual era el más grande de todos, por mi ano.  Comencé a sentir como poco a poco se abría paso en mi interior, lo que aunque me provocaba dolor, yo le decía que no parara ya que  deseaba  sentirlo por completo dentro de mi. El dolor no tardo en desaparecer  y solo quedó el placer. Empecé a acostumbrarme a sentir mis dos agujeros completamente llenos y me encantaba el movimiento  acompasado con el que los dos hombres entraban y salían de mi vagina y culo, mientras yo seguía mamando las dos vergas que tenía en mi boca.

 Faltaban otros 2 hombres que estaban listos y dispuestos a gozarme. En ese momento uno de ellos  comenzó a forzar mi entrada vaginal que ya estaba ocupada por otra gran verga. Aun así, poco a poco fue abriéndose camino en el interior de mi vagina. Tenía ya 5 vergas en mis agujeros. Dos en mi coño, una en mi culo y dos en mi boca. Me sentía muy rico de estar tan llena de vergas,  mi excitación en ese momento era indescriptible. Chupaba y succionaba con más fuerza las vergas que tenía en la boca,  Jadeaba, gritaba, gemía, suplicaba. No sabía como entregar más de mí  a estos hombres que me hacían enloquecer. Así pasaron un  rato cambiándose de posiciones, hasta que afortunadamente se me permitió correrme, ya que me era imposible aguantar más. Alcancé una serie de orgasmos cada uno muy intenso y prolongado,  acompañados de fuertes espasmos en el ano y en mi vagina. Debido a mis fuertes contracciones, los 5 hombres también se corrieron.

Recibí con gran placer toda la leche de ellos  en mi boca, culo y vagina. Me sentía agotada.

Me desamarraban los tobillos que aún los tenía sujetos a las patas de la plancha. Uno de los hombres,  me condujo a unos baños para darme una ducha. Me lavó la cara que tenia toda llena de semen, me frotó los pechos en los cuales tenía mis pezones duros, sensibles y adoloridos por las pinzas,  me enjabonó todos mis orificios. Me seco muy bien y  me condujo de regreso a la sala. Una vez allí me llevó  a la mesa redonda giratoria. Donde me hizo acostar de espalda. Esta mesa  era de un tamaño tal que permitía  que me pudiese apoyar en la misma, sólo desde el cuello hasta las nalgas, de forma que  quedé con mi cabeza semi colgada hacia atrás y las rodillas dobladas hacia arriba.

En esta posición me sujetó los pies abiertos, de manera que nuevamente quedara totalmente abierta para poder ser usada al capricho de todos. Me dejaron las manos libres, pero aunque tenía cierto movimiento en las caderas, no podía levantarme ya que me sujetaron el cuello a la mesa con un collar. Escuché,  que el hombre me ordenó que le chupara su verga y así lo hice hasta que logré que acabara en mi boca, me tragué todo su semen y le limpie totalmente su falo.

El hombre giró entonces la mesa y comenzó a jugar con mi cuerpo. Empezó a chuparme el clítoris, a morderme mis labios vaginales, a meterme sus dedos profundamente en mi vagina. Me pellizcaba y jalaba con fuerza mis pezones, metía la lengua por mi culo, lo fue abriendo suavemente y me metió primero 2 dedos y luego 3 dedos. Giraba los dedos dentro de mí y comencé a sentirse muy excitada. Luego se separó de mí, buscó algo en la mesa de los dildos y se acercó nuevamente. Sentí algo grande y duro que presionaba la entrada de mi mojada vagina. Era un dildo negro enorme que asemejaba una verga real, con un peso de más de 4,5 libras, unos 40 cm desde su punta hasta las bolas simuladas de su base, de las cuales 35 cm de longitud eran insertables. Sin duda ese enorme consolador era un verdadero reto y yo no sabía si podía soportar que me penetrara por completo en mi vagina y me aterrorizaba que me lo metieran por mi ano, ya que además tenia casi 8 cm de ancho, sin duda me iban a llevar al límite. En ese momento me di cuenta que el hombre  también había tomado otro enorme dildo negro, el cual tenía en su otra mano. Sin duda este último estaba destinado para el juego anal y al verlo me di cuenta que con el mismo iba a conseguir estirarme por completo mi agujero anal ya que este plug tenía un diseño acanalado a lo largo de sus 29 cm de largo e iba incrementando en tamaño hasta alcanzar unos 10 cm en su base. Una verdadera monstruosidad. Solo esperaba que no pretendiera meterme ambos al mismo tiempo.

Aunque estaba muy mojada y algo abierta por los dedos que me penetraban, cuando el hombre intento meterme el dildo negro por mi coño, yo no lograba aceptarlo en mi interior.

El hombre comenzó a chuparme y morderme el clítoris y a meter y sacar rítmicamente el dildo haciendo más presión cada vez. La sensación de esa verga abriéndose paso dentro de mi cavidad vaginal  me hacía sentir más deseosa y caliente. Poco a poco fue logrando abrirme lo suficiente y me metió los  35 cm de longitud insertables del dildo en su totalidad. En ese momento tomó el plug con su mano izquierda mientras que me introducía tres dedos de la derecha mojados de saliva en mi culo. Era una sensación deliciosa. Físicamente estaba totalmente entregada y mentalmente deseaba más. Cuando el hombre sintió que mi culo estaba suficientemente  abierto y lubricado, retiró los dedos y comenzó a meterme el plug por mi ano, el cual  era más grueso que el primero en su base. Con gran habilidad comenzó a chuparme el clítoris y a hacerme presión en el ano y a meter y sacar el plug en mi cavidad anal.

Al fin entre quejidos de dolor y de placer comencé a engullirme el otro dildo por mi orificio trasero. Al final terminé con  los dos dildos incrustados totalmente dentro de mi, uno en el ano y otro en la vagina y mi temor era como haría para sacarme el del ano, el cual me lo había introducido por completo y lo sentía muy profundo dentro de mi. Sin duda estaba viviendo el placer y el dolor extremos. Estos hombres me habían sabido aplicar las dosis suficientes de dolor al punto de casi lograr quebrantar mi voluntad y hacerla llegar a los límites, pero de pronto todo cambiaba y me daban el placer más inimaginable.

Justamente me encontraba en un momento de quebranto de voluntad, mis agujeros anal y vaginal estaban completamente llenos hasta el límite, justo en ese instante  escuché a los otros cinco hombres acercarse. Me ordenaron nuevamente que tenía que mamarle a todos sus bien paradas vergas, lo cual procedí a hacer. Ahora contaba con mis manos y la boca. Mientras masturbaba con boca y manos, cada pene que me colocaban dentro de mi boca, los demás hombres me mordían y me  jalaban mis pezones y mi clítoris. Finalmente me sacaron el dildo de mi vagina y el plug de mi ano, este último con mucho trabajo. En su lugar me fueron metiendo sus  vergas. Los seis  hombres presentes me follaron como y cuanto les dio la gana. Me hicieron múltiples dobles penetraciones, dobles penetraciones anales, dobles penetraciones vaginales y siempre tenia 1,2 ó 3 penes en mi boca. Incluso fui cogida por las 6 vergas a la vez, ya que tenía 2 en la boca, 2 en el culo y 2 en mi vagina. En ese momento sentí que se iba a reventar mi culo, sentí un gran dolor pero un tremendo placer. Perdí la cuenta del número de orgasmos que tuve. No se cuanto tiempo estuve allí pero después de tantas horas de ser cogida y usada de tan diferentes maneras, estaba enloquecida y gritaba de placer quedando totalmente abierta, llena de semen y escurriéndolo por todos mis orificios.

Finalmente me amarraron en una de las maquinas de follar que estaba en el sitio, colocándome en cuatro patas de forma que mi culo quedara completamente accesible, asi como mi coño. Me colocaron un grueso gancho en mi ano y me follaron fuertemente con la máquina por mi coño de forma que me hicieron alcanzar unos intensísimos orgasmos.


Al final Van Gaal dijo - "Espero que hayan disfrutado del espectáculo que nos ha dado esta puta. Ella estará completamente a la disposición de quien o quienes quisieran poseerla en la habitación  18 por todo el resto del fin de semana”- Durante los 3 días siguientes recibí muchas visitas individuales y de grupos requiriendo mis servicios, todos los 30 hombres invitados a la reunión estuvieron allí, no una sino varias veces.

Luego supe que cuando concluyó la reunión, Van Gaal  que era el encargado del club llamó a los tayikos y negoció con ellos para que me quedara 3 semanas más en club, pagó el doble de lo que correspondía por ello y les aseguró  que cuando me devolviera iba a ser más puta que cuando me habían traído. Les indicó que si me necesitaba más tiempo se los haría saber y pagarían el triple de mi tarifa por los días adicionales.

Sin embargo a pesar de que una vez concluidas las 3 semanas adicionales, trataron de negociar para que me quedara más tiempo, los tayikos decidieron que debía cumplir de una vez con la segunda tarea que me habían pedido realizar. Justo al final de las tres semanas después del evento, me recogieron de nuevo en el Mercedez Benz negro y me llevaron al aeropuerto.  Rashid me dijo que él iba a viajar conmigo a Ciudad del Cabo.

Al llegar a Ciudad del Cabo, nos recibió un negro enorme que se llamaba Emmanuel. Rashid me dijo que ese hombre era el encargado de su operación en Ciudad del Cabo y que por supuesto yo debería hacer lo que él me pidiera, sin ningún tipo de límite.

Le dijo a Emmanuel que ellos se comunicarían con él para recogerme luego que yo hubiese cumplido con mi asignación allí. Comenzaba así una nueva etapa de esta aventura donde yo sin meditar me había metido. Lo que no sabía era que en ese momento comenzaba la peor parte. Pero eso se los contaré en la próxima entrega.
 




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